El primer día de clase realizamos unas definiciones de literatura infantil en la que me di cuenta de que sabía poco sobre la literatura, en ella nombré al teatro que es oral sin abarcar el resto que pertenece al folclore como los refranes o las fábulas ni las escritas: los cuentos, novelas, etc. Así pensé de una forma parecida pero al contrario que la primera Real Academia que nombraba solo el arte de la palabra escrita. Tampoco puse que es el arte de la palabra que utiliza la función expresiva y poética siendo ficción. Explicaré la anterior definición: el arte se basa en un uso concreto de la lengua en la que se crea la obra que se realiza, para crear una reacción en el espectador usando las funciones expresivas y poéticas del lenguaje, el cometido de estos textos es que su contenido sea ficción es decir imaginario, que es diferente de fantástico.
En cuanto al significado de infantil pensaba que abarcaba todo lo relacionado con la edad comprendida de 0 a 6 años pero no sabía que en el mercado de la literatura se considera hasta los 12 o 14 años.
Hay términos importantes que hay que diferenciar de la literatura: la paraliteratura y la subliteratura, aunque hay autores que este último no lo consideran tan alejado de ella. La paraliteratura se diferencia en que no puede tener ficción aunque pueda tener la función expresiva y poética. La subliteratura es producto del marketing a partir del s.XX, es estudiada por Umberto Eco mediante la semiótica (se encarga de analizar todas las señales) explicando que entre la literatura y la subliteratura hay una barrera muy fina. El termino subliteratura le parecía peyorativo, por lo que se llevó a cabo la propuesta y se le empezaría a llamar como hoy lo conocemos best seller.
La historia literatura infantil no se empieza a considerar hasta finales del s.XIX porque no había una diferenciación con los adultos, pensaban que eran “adultos en pequeño” y porque antes de ese momento era pocos que sabían leer, solo los frailes, los curas, los hijos de algunos nobles. En este momento se abren escuelas a las que solo algunos niños asistían, ya que hay padres que preferían que sus hijos trabajaran.
Los niños comenzaban a leer a los 10 años, la literatura escrita estaba relacionada con las vidas de santos, la literatura religiosa y en definitiva destinada a aprender y a la instrucción, sin el propósito de ser mero ocio. En cuanto a la literatura oral había gente del pueblo que iba al teatro y escuchaba historias de entretenimiento, alguna de ellas contadas por la noche en casa abiertas a las que iban mayores y niños. Los niños de aquella época no eran como los de ahora, estaban acostumbrados a todo tipo de temas como sexo, muerte, nacimiento, etc. porque lo veían en su vida diaria.
El escritor que reconoció que su literatura era juvenil fue Julio Verne que pensó que ellos eran los que iban a tener más tiempo para leer y el tipo de literatura a ellos más les iba a gustar sería de aventura, ciencia ficción,… Seguidamente se vería a Alejandro Dumas con “Los tres mosqueteros”.
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